Ser innovadores, incansables y valientes es parte del ADN del emprendedor. Tener una meta clara, un cliente definido y una estrategia, son importantes para alcanzar el éxito. 

Al hablar de emprendedurismo, hacemos referencia al proceso que realizamos cuando transformamos una gran idea en algo concreto, para nuestro beneficio, para el de nuestra familia y para la sociedad.

En el área de la economía, estos emprendimientos son un factor importante para la evolución de los mercados. Además, el emprendedurismo, es un poderoso motor de crecimiento, sólo en Mendoza existen 4.719 pymes registradas que dan trabajo a más de 19.000 personas. Lo sorprendente además, es la capacidad de transformación social que tiene, el 66% de ellas están encabezadas por mujeres, que antes no tenían la independencia económica que hoy disfrutan. A su vez, en San Juan y San Luis, las políticas implementadas apoyan a este movimiento con formación y herramientas para promover esta cultura.

Toda gran idea para llegar a ver la luz, más allá del apoyo gubernamental y del capital humano, requiere una visión y una estructura que permita su desarrollo. Con financiamiento, logística, expertise y una buena estrategia, el camino hacia el objetivo está casi asegurado.

¿Qué necesitamos para una buena estrategia de negocios?

1. Una visión realista.

Ya sea grande o pequeña, debés saber qué tipo de empresa querés ser y visualizar cómo se ve el éxito en términos claros en cuanto a clientes, mercados y volúmenes de venta.

2. Una ventaja que te haga único.

Una estrategia de negocio bien pensada debe tener un atributo diferenciador por el cual el público te elija a vos y no a otros. Satisfacer las necesidades de acuerdo a los hábitos de consumo de tu clientes, te hará distinto al resto.

3. Objetivos.
Saber cuáles son los pasos que debés realizar es parte fundamental para el crecimiento.

4. Crecer constantemente.
Establecer en qué proporción y en qué áreas destinar esfuerzos es primordial. Tecnología, personal capacitado y buenas finanzas harán tu estructura más fuerte, lo que se traducirá en ingresos.

5. Reconocer las oportunidades.
Saber cuál es el momento oportuno para tomar una decisión solo se logra teniendo la información. El mantenerte enterado sobre la situación del mercado es clave.

6. Largo plazo.
Pensar solo en los réditos de las temporadas de altos ingresos, es una trampa que puede privar tu expansión. Un calendario anual será un gran aliado.

7. Agilidad ante todo.
Contar con la capacidad de tomar decisiones en el momento preciso, solo se logra teniendo la información de antemano y una gran capacidad resolutiva. Conociendo las oportunidades y amenazas que afectan al sector donde te desenvolvés, te ayudará a aprovechar tus fortalezas y cuidar de esos aspectos que puedan llegar a afectarte.

8. Estructuras horizontales.
Para lograr esa agilidad, no todo debe pasar por vos. Las organizaciones donde cada decisión se centraliza en una persona logra más control, pero debilita antes situaciones inesperadas. Rodearse de personas capacitadas y dispuestas a hacer lo necesario en el momento justo es un gran valor.

9. Si no se mide no existe.
El conocer cómo impacta lo realizado en nuestra configuración es muy necesario para optimizar los procesos involucrados.

10. El ciclo nunca acaba.
Tener en cuenta todo lo visto y reverlos periódicamente, te acercará a donde querés en cada paso que des. 

La ecuación termina de completarse cuando una persona con ideales se atreve y toma este conocimiento para cambiar su realidad y la de muchos otros. En Ibaceta sabemos del esfuerzo y la dedicación necesaria para concebir un negocio. Por eso queremos apoyar al emprendedor en cada una de las etapas, acompañando el aprendizaje y crecimiento para la creación de nuevos empleos y el desarrollo de nuestra sociedad.